martes, 10 de agosto de 2010

Accidentes en el Pirineo aragonés

Imagen del ibón Azul de abaixo de Panticosa este Julio del 2010 aún algo blanquito

Este año en que las nieves se han retrasado y aún permanecen a alturas a las que no se estaba acostumbrado, están sucediendo accidentes que se están llevando demasiadas vidas por delante…


Poco cuesta pensar que los afectados de estos dramas son imprudentes, han acometido tareas por encima de sus posibilidades o padecido de ambición desmesurada. Sin embargo, esto no siempre resulta acertado...


Y es que a menudo la fatalidad es resultado de hechos muy simples. Sin negar que la imprudencia sigue siendo la primera causa de accidentes en el Pirineo aragonés, otras veces son el desconocimiento del medio, la curiosidad acompañada de mala suerte o la emoción los que desencadenan situaciones sin control. Entonces los hechos forman parte de procederes tan humanos, tan nuestros, son resultado de formas de pensar tan familiares que otras veces nos han llevado a grandes logros que, francamente, da pena comprender que tienen esa doble cara, que sí, que puedes arriesgarte para obtener la foto de tu vida pero también perder tu vida en esa foto…


Seguramente la gente que encontró la cueva de nieve en el valle de Pineta, a una altura a la que se accede en coche y cualquiera puede estar paseando, cuando se les ocurrió entrar no pensaron en la imprudencia que estaban cometiendo…seguro que ni se les ocurrió mirar la hora del día que era para calcular el estado de la nieve, ni medirían “a ojo” el grosor de la pared que acabó desprendiéndose y tampoco pensarían que el río que salía de esa cueva, era nada más y menos que la nieve derritiéndose a gran velocidad…entonces aquella cantidad de hielo, tan bonita y hermosa, tan inofensiva, se les precipitó matando a varios miembros de un grupo que, de golpe, vio truncada su osadía en imprudencia…


Sí, da rabia ver cómo unas gentes salen malparadas de actuaciones que nos recuerdan algún otro susto del que hemos salido indemnes a los que los que tenemos la suerte de aventurarnos por la montaña y tuvimos mayor previsión o porqué no, ese día la montaña no quiso recordarnos que allí estaba, que estábamos a su merced…


Lo cierto es que los humanos nos hemos olvidado de la importancia de las fuerzas de la Naturaleza como si pensáramos que conforme domesticábamos nuestros medios urbanos y rurales, así ocurría en general….craso error y endeble deducción que se derrumba con tanta facilidad como aquella cueva de nieve…lo cierto es que la Naturaleza es y aún puede ser peligrosa…


Disponer de un pedazo de territorio en el que ella manda y sigue siendo recomendable conocerla es un privilegio. Pero a veces parece que condena a ser destino funesto de una ciudadanía que debería apostar por no desprenderse del contacto con el medio natural y que cuando se acerca, una mala praxis o la mala suerte hace que no puedan contarlo…es como si la montaña fuera un medio dotado de gran crueldad, recelosa de ser explorada y ávida de víctimas.


Pero no, no es algo tan sencillo. Los sentimientos no forman parte de la Naturaleza, nosotros se los añadimos con lo cual la montaña no es cruel ni amable…somos nosotros los que nos acercamos a ella de una forma u otra…


Eso sí, es un medio duro en sí mismo, y quizás como si tuviera que compensarlo, muy hermosa y tentadora, tanto que empuja a acercarse a ella…la historia de las que han vivido en la montaña está llena de dramas semejantes a los que protagonizan sus actuales visitantes, aunque a menudo los sucesos obedecían a hechos más fortuitos o descontrolables, ya que nuestros antepasados sabían muy bien cuándo se podían aventurar ,o no, sobre el hielo…

 

Por ello es recomendable dotarse de este bagaje cultural, estar dispuesto a emprender un esfuerzo intelectual que nos ayude a ser más eficaces en la montaña. No es ningún secreto tribal pirenaico, la forma de actuar está disponible en manuales, en carteles para visitantes, en libros, hablan cada día de ello las gentes de alojamientos, restaurantes, tiendas , servicios y medios de comunicación locales. Su objetivo no es hacernos creer unos palurdos sino empaparnos de un saber que nos facilite manejarnos en un medio difícil, imprevisible y duro. E incluso así, dotados de este conocimiento, hay que ser consciente de que no estamos totalmente exentos de imprevistos …pero si contamos con el mismo podremos intentar reaccionar de forma adecuada… a fin de cuentas los humanos estamos inmersos en un planeta en el que cada día debemos aprender a sobrevivir.


Por ello, deseando que la lista de víctimas del Pirineo aragonés no siga subiendo, esta cronista recomienda acudir a visitar paisajes fluviales, sí, pero también a manejarse en ellos dotados de cultura, de información, de consejos de personas familiarizadas con un medio que exige prudencia para transitar por él.


Así que a disfrutar este año de este Pirineo tan verde y primaveral, de estas nieves tan cercanas (cómo las echábamos de menos estos años de sequía) pero también a cuidarse, que cuando estamos en la montaña, seguimos siendo unos cromagnones dando una vuelta fuera de la cueva… en un medio tan duro y hermoso como el hielo, la nieve, el agua...

Vaya oportunidad este año para ver paisajes fluviales, Gavarnie, la cascada más alta de Europa, detrás de Monte Perdido, Pirineo francés.