viernes, 25 de marzo de 2011

Los ojos de PIlar

Yo tenía entendido que era un río, el Guadiana, el que tenía ojos  y que esa agua era la que protagonizaba este tipo de resurgimientos. Así que cuando oía aquello de "los ojos del Guadiana", pensaba que sólo la naturaleza era capaz de evocar con tanta fuerza la posibilidad del  retorno, la sugerencia de que bajo tierra también hay vida y evolución, la certeza de que ésta puede resurgir en cualquier momento.
Y de pronto, en  la exposición de la pintora Pilar Aguarón, veo que no…que los ojos  también pueden ser de una artista que, comedidamente, renace con la fuerza de un río.
Es difícil hablar de un renacimiento cuando desconoces su origen, pero viendo su trama pictórica me atrevo a decir que Pilar Aguarón, como el Guadiana, tiene hondura y profundidad.  Y por ello creo que ya no se observan esos primeros retratos  que tanto querían ver...sino que las miradas se recogen  en un velo que reclama derecho al recogimiento. Sí, Pilar Aguarón sigue pensando que en la vida hay que mirar con franqueza, pero, tras años de soterrada evolución, afirma que además, esa mirada tiene derecho a manifestarse cuando lo desee…un auténtico alegato a la intimidad…
De la misma forma, sus cuadros siguen relatando pedazos de paisaje, aglomerados de hierba y flor…pero ahora consolidan su belleza mediante la sugerencia de lo concreto, del campo que quiere ser de algún lugar, de hermosos sitios como nuestra imaginaria Tellerda…
Y es que la pintora nos dice que el paisaje, además de hermosura tiene reconocimiento. Y con un truco de prestidigitación pictórica, tiñe sus cuadros de familiaridad, de cercanía, de un halo que sugiere el trigal vecino, el atardecer de la semana pasada, las flores de aquella primavera ...
¿Podemos calificar de involución o de evolución el resurgir de Pilar Aguarón?

Quién sepa responder a esta pregunta tendrá nuestro merecimiento…y es que los ojos de Pilar son como el Guadiana,con mucho que contar y …poco que explicar en una crítica.

El lector tendrá ocasión de visitarla en www.aguaron.net y en sucesivas exposiciones que, seguro, a partir de este renacimiento va a celebrar. Y en ellas nos alegraremos de que los ojos de Pilar,  como los ríos, nos recuerden que el regreso siempre es posible…
Forau de Aigualluts, paisaje fluvial que nos evoca la vitalidad de la marcha...y el regreso