domingo, 9 de mayo de 2010

Presentación de la Crónica de la gente de los ríos

Y por fin llegó el día de la presentación de la "Crónica de la gente de los ríos", un barquito bautizado con vino del Somontano y remojado con tormenta de las típicas, de las que siempre caían cuando se tenía organizada la manifestación y se encargaban de recordarnos que formábamos parte de la Nueva Cultura del Agua.
Un día que dio paso a la cultura con mayúsculas cuando la escritora Angélica Morales tuvo la amabilidad de invitarnos a conocer a una nueva colega, la Cronista de la Mar Fluvial…rodeada de sus gentes, que, como siempre, son las del corazón y el conocimiento, la coherencia y la esperanza, el sueño y la quimera.

Ah, la quimera de conseguir que el lector vea con ojos de río, un reto cultural que en los ríos significa  cambiar manera de ver a sus gentes. Personas que  en esta inauguración pueden continuar con su andadura por recuperar ciudadanía que nunca debieron perder, tripulantes de un barco al que nos hemos sumado otras para empezar a navegar…
¿Quieres ver lo que se comentó en este principio?..Aquí tienes el extracto de la Cronista de la Mar Fluvial, Begoña Pérez-Fajardo Alcaide:
“Gracias por estar aquí, en especial a Angélica por hacer esta presentación y a Chema por ceder su librería para el acto (Anónima de Huesca)
…lo cierto es que mi acercamiento a los ríos fue casual, el deseo de participar en una asociación ecologista que trabajaba por evitar una presa en el Ara, un río que entonces no tenía muy claro por donde pasaba aunque me sonaba que por Boltaña…y seguía por un Sobrarbe también desconocido para mí, salvo por el Parque Nacional de Ordesa. Pero como todos los oscenses, para subir allí solía coger el puerto de Cotefablo evitando el paso natural por el valle del Ara… precisamente, por el proyecto hidroeléctrico del embalse de Jánovas, el mismo que me permitió pertenecer a la Asociación Río Ara…
La repercusión de la historia de este valle en la provincia es una de las razones que me llevó a contarla, pero como empezó en los años 20 del siglo pasado es larga y la he escrito a cachos. Por eso, este libro termina en 1950. Luego amplié a otros valles como el Aragón, el Gállego, el Ésera además del Bajoragón y Ribera del Ebro. Y es que aunque el Pirineo es importante en temas fluviales, a veces se confunde con nacionalidad y sí, los ríos son fuente de culturas pero también lugares de paso y encuentro.
En este libro  lo que quería poner era lo que contaban los papeles y sobre todo vivencias de las personas que habían vivido esos papeles, las mismas que habían tenido la idea de dejar unos  folletos de ARA en la Escuela de Idiomas e hicieron posible que me hiciera socia.
Pero debo decir que me costó mucho verlas, casi un año y pico. Fue un  día que en un acto promovido por otra asociación fluvial fuimos a visitar un pueblo expropiado y actualmente detentado por un sindicato…Una mujer nos enseñaba la casa que había tenido que dejar a los siete años para establecerse en la gran ciudad. Su pueblo no había sido inundado y ahora estaba ruinas, a pesar de que sus antiguos vecinos intentaban recuperarlo para rehabilitar sus casas…innumerables trabas burocráticas seguían consolidando la crueldad institucional con que se gestionan estos temas en nuestra provincia…
Así que aquella mujer nos iba contando una historia de derrota humana cuando, inmersa en una gran emoción, dijo lo que me impactó… si es que yo ya, ya no pretendo recuperar la casa ni el pueblo … es que a mí lo que me gustaría es que por lo menos el vigilante del sindicato nos dijera buenos días cuando venimos con mis hijos . Es lo que querría, que dejáramos de ser invisibles…Acaba de descubrir a una de las numerosas personas “fantasmas” de nuestra provincia… afectadas por políticas hidráulicas o forestales, qué más da.
Aquellas gentes  no eran muchas aunque su derecho sí de todos. Tampoco eran  influyentes ni poderosas, eran y son personas como nosotros, sencillas, humildes, gentes de pueblo…que se tragó un modelo de desarrollo que ahora sabemos que  no es sostenible… Y a pesar de estas derrotas me parecen admirables...porque volvieron a levantar sus hogares en grandes ciudades y supieron transmitir desde su nuevo hogar catalán o zaragozano su querencia al terruño oscense, a la tierra que les decía que sobraban.
Sí, las gentes de los ríos tienen ese defecto, son sencillas, poco influyentes pero reales y, con tanto sentido común…que ves cómo no solo son capaces de apostar por la dignidad de su recuerdo sino que creen que ya es hora de hacer las cosas de otra manera…
La inhumanidad de responsables de ciertas eléctricas, y vamos a decirlo, determinados sindicatos de regantes, han hecho posible esta humanidad enfrentada a un modelo de desarrollo que les exige ser héroes hidráulicos, quieran o no. Y es que ellas se sienten sobre todo ciudadanas. Por ello me resulto complicado buscarles un nombre que les diferenciara  y cuando encontré “gente de los ríos” me di cuenta que otros nos podemos incluir…no importa, se trata de llamar la atención para que dejen de ser  fantasmas y perder ciudadanía.
Creo que en este territorio con tan poca gente no podemos permitirnos no ver a algunas. Sobre todo porque su visión nos permite desprendernos de esa vergüenza que sentimos cuando tenemos que explicar porqué ese pueblo ha sido abandonado y contamos que las condiciones de vida eran muy duras y el turista ve los cables eléctricos o la carretera, la fuente y el molino…lo cierto es que bastantes de estos fracasos generacionales fueron derrotas de débiles contra fuertes. Y recordando estas políticas territoriales podemos desprendernos de ese complejo que hace que no nos creamos capaces de logros semejantes a nuestros vecinos catalanes  o vascos,  que les han permitido permanecer en su tierra.
Si, la crónica habla de vascos porque la devastación del valle del Ara fue obra de una hidroeléctrica bilbaína. Pero no quiere arrastrar a enfrentamientos semejantes a los que se sufren con temas de agua y hacen que preguntemos si el Ebro es nuestro o de los murcianos. Y es porque otra aportación de la gente de los ríos es la relacionada con la gestión del agua…¿que de quien son los ríos? …de todos dicen, de todos…
Los marineros de Galicia afrontaron el chapapote porque comían de ese mar ¿Y que pasa con nuestras gentes de los ríos que también comían y comen de los ríos?¿No llevan años resolviendo problemas de gestión fluvial ? ¿No llevan generaciones extrayendo riqueza y dejándolos  existir ? ¿No nos están enseñando un modelo de desarrollo más justo y sostenible para todos?
Es la razón por la que la crónica trata tantos temas relacionados con la vida que se da en las cuencas fluviales…necesitamos ver con ojos de rio si queremos encontrar soluciones que no nos enfrenten.
Pero también tiene partes muy personales como la historia de los derechos de la mujer, homenaje a las asociaciones fluviales altoaragonesas, con alto porcentaje de mujeres. También cuenta la historia del tractor y detalla el número de gallinas y vacas de numerosas cuitas, ya que el mundo rural merece su protagonismo en la historia del mundo.
Por fin el lector encontrará acotaciones personales al pie de las fotos y el epílogo, uno de los desahogos que me he permitido ya que quería transmitir credibilidad. Pero sobre encontrará historias pequeñas, de familias y gentes que van desvelando un desconocido mundo fluvial que necesitamos conocer si queremos recuperar.
Un mundo al que ustedes con su presencia ya están dando su oportunidad, y si además leen su historia podrán disfrutar contando con el agradecimiento de esta  cronista de la mar fluvial… de la mar porque ríos hay muchos…”
Aplausos, fotos, vinitos, refrescos y piscolabis a ritmo de saludos, conversaciones, risas, dedicatorias y charradetas…hasta que cayó la tormenta aquel memorable 7 de mayo del 2010, refrescando un ambiente lleno de agua de lluvia y gente de los ríos.

Las chicas de la paz rememoraron los antecedentes del libro, cuya biblioteca sobre ecología, pacifismo y medioambiente aún se encuentra en una asociación de vecinos oscense tras haber pasado por manos de una ONG dedicada a la cooperación internacional y otra a la educación.
Gentes mayores de otros ríos saludaron a la cronista del Ara  y se alegraron de tener su protagonismo en el libro.
Miguel Gracia Santuy, autor de “La princesa del Pirineo”, vino a desear mucho éxito a la Crónica y compartió su experiencia de escritor con la autora.

Gentes urbanas de instituto o universidad se regocijaron al ver que el conocimiento rural tenía su hueco en un libro mientras habitantes de otras comarcas se pegaron el palizón de acudir al evento para apoyar una empresa nacida en Huesca pero con vocación altoaragonesa.
Y como ha iniciado su salida con deseos lejanos pero cercanos de vascos, navarros, madrileños, catalanes, valencianos, castellanos, franceses…y hasta habitantes de EEUU!, logra su bautismo aragonésm español, portugués... e internacional.
-¡Buen viaje, buen viaje!- Clamaba el público desde la Anónima orilla… -lo tendremos, lo tendremos-, contestaban los  osados navegantes de esta aventura fluvial…

Acababa de nacer la “Crónica de la gente de los ríos”.