lunes, 6 de junio de 2011

Feria del Libro Aragonés de Monzón 2010

   Y por fin llegó el gran día, la Feria del Libro Aragonés de Monzón.
   Muchos años de encuentro en un puente, que no de río sino de Constitución.
   ¡No podía faltar la Cronista de la Mar Fluvial!
   La experiencia resultó gratificante, edificadora y edificante.
   Gratificante porque pudimos apreciar el esfuerzo de los organizadores, público y editoriales para emprender una actividad cultural en época de vacas flacas.
   Edificadora porque hubo venta de libros, adaptación a nuestro modesto comienzo como escritores (un stand que te vendía los libros autoeditados) y alegría a la hora de ir firmando volúmenes.


   Edificante porque hubo animada convivencia con el público, escritores y editores, todos empeñados en una épica batalla contra el gigante de la crisis que, molino parecía.

   También tuvieron lugar charradetas interesantes como la entablada con Angel Gari, nuestro especialista altoaragonés en brujería o Chorche Paniello, artífice de la colección de pegatinas más impresionante del territorio.
    El momento más curioso resultó ser aquel en el que un político de los años ochenta se me disculpó por sus intervenciones en el valle del Ara, aludiendo que Iberduero "les tenía engañados".   "Ojalá"-pensaba yo-"en un presente y futuro cercanos no tenga que acercarseme otro político para explicarme porqué se endeuda de nuevo con esta parte de la ciudadanía que es la gente de los ríos".


          El caso es que tenía la suerte de estar en la embarcación correcta, navegando a cubierto en la mojada Feria de Monzón, lluvia que ya sabemos que es sino de toda iniciativa vinculada a la Nueva Cultura del Agua y por tanto, hasta es bien recibida.   Y así también supe de la emergente Noemí Baneem, cuya poesía intimista cautivó a literatos, lectores y raperos, compartí mesa con Silvano Gil y sus personajes de la saga infantil y contemplé la dialéctica entablada con Chesus Yuste, que sólo miraba al bosque y claro, ese fue su error.
       De esta manera las riberas del Sosa fueron testigo de la presentación de la Crónica de la gente de los ríos, que obligada a cumplir un tiempo para mí excesivo, reseño en el texto anterior para no sobrecargar al seguidor de estas cuitas fluviales.


      Una escapada al Belén fue un aliño más a esta condimentada Feria del Libro Aragonés del 2010 que buen sabor de boca dejó a todo el mundo. Enhorabuena a sus organizadores y en especial, a las gentes de Monzón