miércoles, 12 de mayo de 2010

Historia de la Cataract Company

Historia de la Cataract Company

Nota de la Cronista: la Historia de la Cataract Company es tan apasionante como curiosa. La he resumido para que el lector vea los problemas con que toparon y cómo se las apañaron con una filosofía tan práctica que hoy día seguimos reconociendo. Una forma de pensar que llevó a estos norteamericanos del siglo XIX a ganar dinero y decidir cómo se iba  distribuir la luz en los siglos XX y XXI.


Historia de la Cataract Company


Edgard D. Adams, socio de una firma de Nueva York, es delegado para efectuar la investigación a fin de determinar los méritos de la propuesta del ingeniero Evershed, que propone explotar las cataratas del Niágara. El agua sería tomada por encima de las cascadas y en varios puntos diferentes. Seguidamente habría de pasar por las ruedas de las turbinas de 23 fábricas para, a través de un túnel, desembocar en el río, ya por debajo de las cataratas.

Con la intención de iniciar esta explotación hidroeléctrica se funda la Cataract Company, de la que Edgard d. Adams dispone la mitad de los intereses y es miembro del Consejo. Sin embargo la lista de suscriptores contiene otras personalidades importantes de las empresas de electricidad de entonces, como  Thomas Edison, J.P.Morgan, Darius Ogden Mills y M.K.Twombly, que han formado parte de un comité que había representado a la Edison General Electric Company en la fusión con la Thomson-Houston.

En Diciembre de 1889 el proyecto Evershed se destina para la utilización de ruedas hidráulicas en las fábricas de forma individual.
Al mes siguiente se calcula que un fondo de 2.630.000 dólares bastará para financiar una planta completa capaz de producir 20.000 C.V. por medios hidráulicos, 2/3 del total de la energía que está consumiendo la ciudad de Buffalo y sus fábricas. A 10 dólares por caballo y año, el ingreso bastará para pagar el 5% de interés de las obligaciones sobre un valor de 3.000.000 millones de dólares y dejar un fondo de previsión de 50.000 dólares para lo que surja y os gastos de explotación.

Un mes más tarde la Cataract Company es autorizada a la construcción del proyecto. El capital aportado es mayoritariamente americano, ya que este se encamina a su independencia respecto al capital extranjero, sobre todo el británico.

Los ingenieros se muestran de acuerdo para producir corriente eléctrica en las cataratas por medio de ruedas hidráulicas o turbinas, ya que los suizos han construido con éxito este tipo de turbinas en los Alpes. Pero un problema se les presenta ¿cómo trasladar desde el pueblo de Niagara falls, de 5.000 habitantes a la ciudad de Buffalo, distante a 32 km, la energía de esos 20.000 caballos previstos?

Así que al año siguiente se desencadena un apasionado debate en el mundo científico sobre  la conveniencia de utilizar  corriente alterna o continua a la hora  de transmitir energía eléctrica.

La principal ventaja de la corriente alterna sobre la continua es su eficiencia en la transmisión, ya que  puede cambiar fácilmente de voltaje reduciendo la pérdida de energía. Pero según el uso que se vaya a dar a la electricidad puede ser más conveniente utilizar la otra.
En 1890 la demanda de electricidad en las ciudades va destinada mayoritariamente a la iluminación, lo que significa que durante el día y las últimas horas de la noche, cuando se gasta poca corriente, el generador no va a ser empleado con su máxima capacidad.
En condiciones de carga variable a lo largo de un período de 24 horas, la corriente continua es mucho más eficiente que la alterna.

La Cataract Construction Company decide consultar a varias autoridades en el campo, entre las que figura Thomas A. Edison.
También consulta a los ingenieros de la ciudad de Richmond, que acaban de instalar su tendido de tranvías, además de diferentes autoridades universitarias.

En  Marzo, Abril y Mayo de 1890 varios grupos implicados en el proyecto del Niágara viajan por Europa con la esperanza de conseguir alguna ayuda. Recorren Inglaterra, Francia, Italia, Alemania, Hungría y Suiza y la gira le da una idea a Adams: convocar un concurso internacional para el proyecto del Niágara.
Los planos serán juzgados por una Comisión Internacional en la que figura Sir William Thomson, famoso físico.

En Junio 1890 se envían cartas de invitación para el concurso. Figuran varios premios y la mayor recompensa asciende a 3.000 dólares. Pero surgen muchas críticas al método adoptado y Westinghouse afirma que “esa gente trata de obtener una información que vale 100.000 dólares por el precio de 3.000”.

En una reunión de la British Institution of Electrical Engineers se dice que “el trabajo no renumerado del Niágara será realizado por todo el mundo de la electricidad”. Es una observación recibida con aplausos por los ingenieros ingleses, quizás algo susceptibles con sus primos americanos...aunque no dejan de tener algo de razón.

En Marzo de 1892 la Westhinghouse notifica a la Cataract Construction Company que está en disposición de presentar los planos para los generadores del Niágara. La empresa de Westinghouse, que ha evolucionado de un taller a una gran empresa de ingeniería impresiona a Adams por su plantilla de hombres competentes. Los planos de la Westhinghouse y de la General Electric para corriente alterna consisten en generadores, transformadores y líneas de transmisión para el Niágara.

Pero la Cataratac Company no se queda con unos ni con otros sino que afirma que ella misma diseñará los generadores, que ya sabe que los hará de corriente alterna.
La polémica está servida.

Los ingleses debaten desde el punto de vista científico y económico, los norteamericanos están más preocupados por la seguridad de la corriente alterna.Incluso Edison hace campaña en su contra.

Pero lo que no son capaces de prever en esta época es que la electricidad va a tener muchas aplicaciones aparte de la iluminación. Una de las utilizaciones de esta década más importantes es la de los tranvías, pero también se está utilizando para máquinas de coser y ascensores eléctricos
Estos usos diversos significan que la demanda de electricidad a lo largo de las 24 horas no va a variar tanto como ahora, que sólo se utiliza para iluminación. Y en un alarde de anticipación meritorio, se elige la que resultará ser la mejor elección, la corriente alterna.

Los accionistas de la sociedad, tras diez años de funcionamiento con la liquidación de la Niagara Falls Power Company obtendrán un total de 8.832.000 dólares de 7.044.500 dólares de inversión , que se suman a los 3.974.00 obtenidos en capital por acciones y a los 289.750 dólares recibidos en metálico.

El plan consistente en producir grandes cantidades de energía y distribuirla a lo largo de una distancia de 30 km, ha tenido gran éxito y ha dado lugar a un negocio muy rentable.

Pronto será copiado.

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