domingo, 20 de junio de 2010

Apoyos para el pantano del Ebro

Una de las primeras grandes obras hidráulicas de España que requería de una presa de seis metros de altura (en su origen) para contener parte del río Ebro y sus afluentes. El apoyo se lee en la intervención del diputado Salvatierra.
También se observan las dificultades y problemas que surgen (en esta y cualquier gran obra hidráulica), relatados por el ministro.
Interesante el comentario que afirma que los aragoneses debemos estar a favor de la obra (ya que se supone que riega gran parte de "nuestro" territorio) y hace que se vea como una concesión de los cántabros o entonces, castellanos... las banderas cerrando filas en los ríos...
Y la Iglesia dando su bendición en la intervención del arzobispo de Zaragoza que, a pesar de las afecciones, no lo duda ...sí, son tiempos modernos...y la constatación de una postura que acabará siendo oficial en la Iglesia Católica española. Posicionamiento por el que siempre será muy criticada por sus feligreses, que son los que terminarán por rescatar del agua los santos e imágenes condenados a ser inundados.


Presa del Ebro

Diputado Amós Salvatierra:

“..(…)…de este proyecto tienen ya conocimiento los Sres Senadores por un artículo que escribí sintetizando el gran libro “El pantano del Ebro”, publicado por el ingeniero D. Manuel Lorenzo Pardo, que repartí, y si alguno hay que no perteneciera a aquellas Cortes o que se le hubiera extraviado, y quisiera conocerlo, tengo bastantes ejemplares para atender su petición…(…)
..En primer lugar el proyecto está redactado por uno de los ingenieros más ilustres y mejor reputados del Cuerpo de Ingenieros de Caminos, Canales  y Puertos; además todo el que ha tenido contacto con las oficinas de Obras Públicas, como yo, sabe que el autor del proyecto no es en totalidad su autor, porque tiene por colaboradores siempre a todos los compañeros de la División o de la provincia, pues es imposible hacer un proyecto de esta naturaleza sin que lo vean los compañeros, sin consultarles a fin de que hagan observaciones y, en suma, se discuten; de modo que tiene la cooperación de los otros ingenieros d la División o de la provincia; pero viene el informe del ingeniero jefe de la División o de la provincia, que es deber suyo hacer, y ya tiene responsabilidad de lo que hace; y ese dictamen ha sido o más encomiástico que cabe imaginar.
Viene por último el dictamen del Consejo de obras Públicas…..(aún no realizado pero que adelanta que es favorable)…
…Se trata de un proyecto hidráulico de los mayores que se han proyectado en el mundo; figura entre los más grandes y su alguna pudiera superarlo en grandeza de presupuesto o de obra, ninguno le supera en baratura. Ciertamente, algunos pantanos pequeños pueden compararse con él en baratura, pero los grandes, y de esto se trata, los que figuran en primera línea por su grandeza, son incomparablemente más caros como vais a ver. El término medio de estos proyectos oscila entre 60 y 80 céntimos el metro cúbico almacenado y este proyecto, comprendiendo la explotación de siete pueblos, las desviaciones de las carreteras y ferrocarriles, en suma saldrá a 4 céntimos el metro cúbico almacenado y si solamente se tomara la ejecución material no llegaría a 2 céntimos. Ya veis que veinte veces menos que el más barato del los grandes proyectos.
Vamos a ver rápidamente cómo reúne las condiciones necesarias para poderlo recomendar. Vamos a sentar el axioma que debe regir las obras hidráulicas. La idea que no han tenido los conspicuos en estas materias de decir resueltamente que empresa de riegos es empresa ruinosa en la generalidad de los casos es verdad, pero no se puede tomar en absoluto y menos se puede tomar en absoluto aquello que dicen otros que no hay obra de riego que no sea beneficiosa, porque es mentira, esto es verdad cuando se trata de la localidad, porque siendo cierto que cuando un terreno pasa de regadío a a secano por término medio se decuplica el valor, el beneficio local es evidente, pero no es esa la cuenta de la Empresa o del Estado. A cada uno se le hace la suya, pero tiene que resultar, en suma, esto: que los intereses del capital empleado en el negocio sean inferiores a los que anualmente produce la obra; siendo así, se produce riqueza y de lo contrario se arruina, y a eso no está nadie autorizado, y menos el Estado….
Estas obras necesariamente habrán de tener presupuestos adicionales, porque no se pueden calcular exactamente; pero nadie está autorizado para pensar en incrementos considerables y aun cuando s duplicaran o triplicara lo calculado, op odrían dejar de ser beneficiosas..(…)
Los riegos del Ebro sensiblemente son iguales en magnitud al conjunto de todos los riegos de España y los productos de este regadío también son sensiblemente iguales al total de los demás regadíos de España y en la misma proporción la fuerza hidráulica.
Pues nosotros vamos a crear un nuevo Ebro, un Ebro más caudaloso que el actual pero que comparándolo con éste con unas condiciones inmejorables, a saber, el actual río Ebro tiene sus crecidas que todo lo arrasan y tiene sus sequías y sus estajes que todo lo agostan, pero al Ebro que nosotros vamos a crear lo tendremos cerrado, con una llave en uan caja inmensa de tierra, no saldrá cuando quiera hacer daño ni dejará de salir perjudicando, sino que solamente saldrá cuando nosotros abramos las compuertas para que produzca siempre beneficios.
Con lo que acabo de decir habremos acrecentado los riegos de España, en 50 por cien, los productos de la agricultura, en 50 por cien; los productos de la fuerza hidráulica en 150 por cien; y basta en lo dicho para demostrar la grandeza de la obra e inmensidad de beneficios que aportaría al país. Con esto puedo ya hacer al señor Ministro de Fomento, que tanta importancia da al desarrollo de las obras pública, el ruego de que tome empeño en realizar este proyecto.
Ruego a S. S. que haciendo uso de esas dotes de perseverancia, de actividad, de entereza de carácter de que la gente se hace lenguas y que yo admiro, no deje pasar un minuto sin atender este servicio, pero este ruego mío trae consigo otros ruegos secundarios derivados de este, importantísimos, y espero que S. S. me permitirá que emplee unos minutos más haciendo estos ruegos.
El primer ruego es éste: para ejecutar las obras será necesario hacer expropiaciones por causa de utilidad pública; sea S. S. todo lo más generoso posible, porque además para ello tendrá S.S. ejemplos anteriores en el Ministerio de Fomento y vera que ha habido ocasiones en las que, aunque no lo diga la ley de expropiación Forzosa, se ha sido muy generoso y si hiciera falta una modificación legal, traiga su señoría el proyecto de ley.
Es preciso, cuando tantos beneficios ha de reportar una obra de esta naturaleza, que no quede ningún perjudicado; es preciso ser generoso y pensar que cuando se obliga a las gentes a abandonar las tierras donde han vivido y las casas donde han nacido y los cementerios donde están los restos de sus mayores, y las iglesias donde han rezado, no puede compensarse con el precio de afección de un 3 por 100. ¡Qué hasta los que creyeran que serían perjudicados tengan que confesar que también se benefician!
El segundo ruego es que socialice S.S. esta riqueza. Lo que ha pasado con los ríos de España no puede ser mas lamentable ni más lastimoso, pera los intereses creados y los derechos adquiridos, muchas veces nos han obligado a cerrar los ojos y a aceptar las cosas tal como venían; mas ahora , cuando se trata de un río que vamos a crear nosotros, es necesario hacer un plan de explotación de esta grandísima riqueza, así los ingenieros podrán ir desde Fontibre hasta Tortosa diciendo en cada punto cómo puede explotarse  el trabajo mecánico de ese río en forma de agua aplicada a los riegos, a los ferrocarriles o al abastecimiento de poblaciones, unas veces, y otras en forma de fuerza hidráulica que se transforme en electricidad, en calor, en luz, en sonido o en lo que sea.
Tercer ruego. Es tal el beneficio que ha de producir a los intereses industriales esa obra, que dichos intereses lo reconocen; y reconocen también que deben contribuir a la misma; y digo a S. S. que resuelva esto antes de empezar las obras, o coetáneamente con ellas, porque se trata de una cantidad bastante apreciable que hay que tener en consideración.
Y, finalmente, viene un cuarto ruego, de una importancia colosal. No empiece su S. S. las obras si no cuenta con todos los recurso necesarios para llevarlas a cabo; ya le dirán a S. S. en el Ministerio que hay presupuestos de obras que no sólo se han duplicado y triplicado, sino hasta quintuplicado; y así, lo que era útil y provechoso ha llegado a veces a convertirse en ruinoso. Cuando fui Ministro de Fomento tuve conocimiento de este proyecto muy tarde, le ayudé cuanto pude, convencido de que mi paso por el ministerio no sería estéril cono sólo ponerle en tramitación, estuve poco tiempo en aquel Departamento; pero lo suficiente para enterarme de que en el Canal Imperial podrán ofrecer  S. S. lo menos 2 millones de pesetas para empezar las obras. Pero no confíe su señoría sólo en eso; utilícelo, pero enseguida reúna los fondos necesarios para ejecutar la totalidad de la obra y poder contar con cuanto haga falta y cuando haga falta.
¿Y qué se necesita para esta obra? La grandeza de la misma es insuperable, pero la baratura de la misma es también inverosímil. El total del presupuesto, con expropiaciones, en números redondos, importa 20 millones, de modo  que aunque las obras tardaran cuatro años, son 5 millones anuales. ¿Qué significa esto  para una obra pública de esta categoría? Si se agrega a esto la parte con que han de contribuir los intereses industriales, tendrá S. S. un presupuesto escasísimo.
Y ya que ha acabado con lo que S. S. atañe, voy a permitirme hacer otro ruego a algunos elementos de a Cámara, y como los ruegos no se pueden formular más que por conducto de los Ministros, A S. S. también voy a dirigirme.
No sé si son 10 ó 12 las provincias españolas enclavadas en la cuenca del Ebro y el número de los que representan esas provincias, entre Senadores y Diputados pasa de 120. Pues bien; yo les digo a esos representantes en Cortes: ¿No se han enterado sus señorías de este proyecto? ¿No saben lo que significa y lo que vale? ¿No conocen la fuerza que suponen  120 parlamentarios? ¿No se han enterado todavía de que nada hay en el mundo tan legítimo como utilizar la fuerza parlamentaria para imponer asuntos como éste, que no se deben la egoísmo particular, sino que son de beneficio público?
¿Me dejarán sólo? ¿No contribuirán conmigo acuciando al Ministro de fomento y apremiándole para que labore en esta obra que tan intensamente actuará sobre la economía nacional? ¿No vale la pena de llevar esos recursos al presupuesto del Estado? ¿Me vais a dejar sólo? ¿No me vais a ayudar en esta empresa?
Entre estos elementos hay unos especiales que son los aragoneses; éstos no me cabe la menor duda de que saben de lo que se van a beneficiar y que van a ser los primeros en ello. Los une a los riojanos un calificativo común; el de perseverantes, según unos, y el de tercos, según otros, y yo digo a los aragoneses ¿Os vais a dejar vencer en la terquedad por un riojano? ¿No nos vais ayudar en esta Empresa? Entre nosotros hay un conspicuo aragonés, que es el Sr. Ministro de Gracia y Justicia; a éste no le digo que nos ayude; le digo que venga a dirigirnos, que venga a formar en esta gran masa parlamentarios para ayudar al señor Ministro de Fomento, su compañero, a realizar esta gran obra, y entonces yo ya no dirigiré nada, seré un soldado que obedezca.
Y después de este chaparrón de ruegos, aún me queda otro que hacer al Senado, y es el de que me perdone por el tiempo que he abusado de su atención.”
El Sr. Ministro de FOMENTO (Cierva): Pido la palabra.
El SR. PRESIDENTE. La tiene S. S.
El Sr. Ministro de FOMENTO (Cierva). Tengo mucho gusto en contestar a los ruegos que me ha hecho mi ilustre amigo D. Amós Salvatierra. Ha tratado un asunto de grandísimo interés en sí mismo, por la clase de él, de actualidad siempre, pero en estos momentos puede decirse que de mayor actualidad que en otras ocasiones.
El pantano llamado del Ebro, en efecto, estudiado por el ilustre ingeniero señor Pardo, es una de las obras que pueden considerarse, sin que yo naturalmente pueda adelantar lo que en definitiva haya de hacerse por la Administración, puesto que todavía no ha llegado a mí para resolverlo en definitiva, pero cuando tiene los asentamientos de grandes autoridades técnicas, yo creo no incurrir en temeridad diciendo que será un de la obras para las cuales yo tendré toda la solicitud que me sea posible dentro de mi cargo y que celebraré mucho que en plazo breve pueda comenzarse su ejecución.
He dicho antes que es modelo en su clase, al menos por sus características. Al río Ebro, cuya importancia señalaba el Sr. Salvador, importancia por la energía hidráulica que produce, importancia por la gran zona regable a la cual atiende como río español, no podía faltarle la característica esencial de la irregularidad en su corriente, irregularidad que produce devastaciones frecuentes y sobre todo en el estiaje, escasez para atender a los grandes servicios que he mencionado.
Este pantano atiende a la regularización de esa corriente, a almacenar agua cuando, incorporándose al cauce, puede producir daños, dejándola discurrir por él cuando disminuye en el estiaje su caudal. Yo he visto personalmente los beneficios de ese sistema en nuestro país. Las obras de defensa contra la inundaciones del Segura y sus afluentes han dado lugar a que se ejecuten varios canales de derivación hacia el mar; otras obras de repoblación para contener los torrentes, pero especialmente los embalses para en la otoñada o en el invierno recoger el agua que, incorporada al Segura, al Mundo y a sus otros afluentes, ha caudales o tantas veces daños inmensos y desgracias numerosísimas. Este año se ha alterado evidentemente la meteorología, no sólo en nuestro país sino en Europa. Ya es sabido lo que acontece en granarte del continente incluso en Suiza, en donde ha bajado el nivel de los lagos al punto de aparecer rocas que casi los naturales no había visto nunca.
Pues este año, en la primavera se han producido inundaciones en Murcia, que generalmente no se producen más que en el otoño o en el invierno. Un pantano que lleva el nombre de nuestro augusto soberano, el pantano Alfonso XIII, ha evitado la ruina de la mayor parte de aquellas inmensas vegas, y ha podido almacenar agua, que no había caído por la gran sequía antes, por lo que ha evitado inundaciones. Está lleno el pantano, y dentro de breves días, cuando comience el estiaje, el agua podrá decirse que es oro líquido que discurre por aquel cauce para fertilizar las vegas.
El pantano del Ebro tiene la singularidad, y son datos de muchos interés, de que su presupuesto, no sé si por el tiempo en que se ha hecho, si necesitara elevarse….llega escasamente a 21 millones de pesetas. Sin embargo, este pantano debe almacenar 540 millones de metros cúbico de agua, y es uno los más grandes pantanos, no sólo de España, sino de Europa. Condiciones especiales del terreno hacen que con una presa relativamente pequeña, se pueda lograr un embalse como este, que ocupará más de 60 kilómetros cuadrados.
Pero ya lo ha indicado S. S. , se calcula que de 1.000 a 2.000 personas tiene que abandonar aquellos parajes, y quedarán sin propiedad y sin habitación; más de 250 casas quedarán inundadas, o sea destruidas, y todo esto , y todo esto plantea un problema delicado, que es el que se ha planteado siempre en los grandes pantano de Aragón, en los cuales ha habido que gastar sumas de importancia en expropiaciones, inundar  veces pueblo enteros, no muy grandes, e inundar también y destruir vegas hermosas; es decir, sacrificar aun interés general mayor , riqueza creada, y lo que es más grave, la morada y la tierra que se cultiva, donde han nacido las gentes que tiene, aparte de su valor material y económico, el valor moral para sus propietarios.
Son problemas que ya han existido, y de esto no sé si en el Senado o en el Congreso hubimos de hablar, diciendo que ha habido necesidad de interpretar la ley de Expropiación forzosa con una elasticidad que antes no era conocida, porque el concepto del daño, ya en general, en la legislación y en la jurisprudencia, se h extendido mucho, por haberse aquilatado más que antes, y porque se aprecian más los valores morales cuando influyen en el patrimonio en daño económico, y que hay que indemnizar.
Eso no lo previó la ley de Expropiación forzosa, dictada en tiempos en los cuales estas finuras jurídicas no se habían alcanzado, pero, en fin, como es natural, y quizá lo mejor, sin necesidad de modificar la ley, se ha ido adaptando a estas nuevas percepciones del daño que se causa. Por eso- y doy esta explicación al Senado- por eso el proyecto se ha detenido bastante en el Consejo de Obras Públicas, que lo tiene desde Marzo del año anterior, y no me sorprende, por estas circunstancias que apunto, y porque lleva anejos otras cuatro o cinco proyectos de variación de algún trazado, como el del ferrocarril de la Robla, y de variación e carreteras. (El Sr. Salvador: Son 58 tomos el proyecto).
Pero claro que con una extensión de 60 kilómetros cuadrados que han de inundarse; es decir, que se ha de perder ese trozo de territorio para toda labor; naturalmente, eso ha de estudiarse con cuidado, y el Consejo de Obras Públicas no es extraño que lo haya hecho así. Piensen los Sres. Senadores que, cuando todas las obras públicas que en España han de hacerse, que seguramente se construirán, porque lo demanda la riqueza pública y el desarrollo agrícola de España, cuando se hayan construido, España será una gran serie de lagos, como necesariamente, repito, ha de ser nuestro territorio, para suplir la falta de regularidad n las lluvias que, si las tuviéremos, no necesitaríamos estos embases.
Sobre este punto yo creo que el Sr. Salvador estará absolutamente convencido de que no necesito decir otra cosa más, sino que el Ministro que ha tenido el honor de presentar en la otra Cámara los proyectos que son notorios, ha de prestar gran atención y cariño a este del pantano del Ebro. Lo hará, impulsará su tramitación, procurará que esté en condiciones pronto de poder resolver y de aprobarlo y ejecutarlo después, y aunque S.S. me ha propuesto, ha propuesto a la Cámara que se sumen todos los representantes interesados directa o indirectamente en este asunto, para que influyen, sobre todo para que la obra se ejecute (El Sr. Royo Villanova pide la palabra), me parece muy bien que eso movimientos de opinión y de justicia se produzcan, pero digo a S. S. que esté completamente seguro de que, si no hay algún entorpecimiento de orden legal, que yo no pueda vencer, pronto todo ello será vencido y la obra puesta n marcha, y el beneficio que ha de reportar ya lo explicaba S. S. insuperablemente. El Ebro se aprovecha para energía eléctrica y para riegos cada día más, y se va extendiendo la red de canalización que regulariza su corriente, que ha de ser de importancia extraordinaria. Por tanto, yo ofrezco a S. S. y al Senado ocuparme de este asunto y secundar los deseos patrióticos y muy justos de mi amigo D. Amós Salvador, porque así, además de tener la satisfacción de complacer a S. S. realizaré , a mi juicio, una obra patriótica que S. S ha iniciado.
…..
El Sr. Salvador (D. Amós): no podía yo esperar…me contestara de una manera tan agradable…Muchísimas gracias , S. Ministro.
….
El Sr, Royo Villanova: De este mismo asunto y brevísimamente, para responder a la alusión genérica que a todos los representantes de Aragón ha dirigido nuestro amigo el ilustre Sr. Salvador…(…)
…Yo no necesito decirle a S. S. el especial cariño que tengo a estas obras, no sólo como buen español y como buen liberal, cosa que también le ocurre al Sr. Salvador, que ,como miliciano, ha de recordar el himno de Riego (Risas) , sino porque nos interesa a todos, y porque además hay un mandamiento entre los de la ley de Dios  que preceptúa que honremos al padre y a la madre, y yo, que tengo la honra de ser hijo de ingeniero hidráulico, cuando oigo hablar de esta política, me parece que sumarme a ella es cosa de orden afectivo.
Creo que interpreto la opinión de los representantes de Aragón en esta Cámara, no sólo de los representantes electivos, sino de los que lo han sido y hoy son Senadores por derecho propio, y puedo asegurar que S. S. tendrá siempre en nosotros una modesta, pero entusiasta ayuda, para que esto se logre en la medida en que lo consientan los intereses del país; y digo esto porque tengo miedo al Sr. Chapaprieta (Risas) en cuanto se mezcla el aspecto financiero de las obras.
Conste, pues, en resumen, que teniendo en cuenta los intereses del país, la posibilidad financiera del tesoro y la gran importancia económica y social de los riegos, los representantes de otras provincias- así lo espero- comprenderán a justicia de nuestra causa y nos ayudarán a conseguir el éxito.
El Sr. Cardenal-Arzobispo de Zaragoza: …Señores senadores….(…) Y en cuanto a mi apoyo en lo que se relaciona con el proyecto del pantano del Ebro, debo decir que precisamente ayer, hablando con mi particular amigo, el ilustre Senador D. Amós Salvador, me anticipé a manifestarle que podía contar con mi pequeño apoyo en el asunto, como yo conté con el suyo cuando se trató del proyecto de Riegos del Alto Aragón, lo mismo en el Senado que en todas partes (Muy bien).
El Sr. Salvador (tiene la palabra): Para dar las gracias muy expresivas al Sr. Arzobispo de Zaragoza, en nombre de todos los que estamos interesados en el asunto, que es España entera.

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